ExpoBioterios 2024: Previa, Turismo y Preparativos Finales

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Tres semanas antes de viajar a Costa Rica mi vida se sacudió con una noticia, desde Argentina mi hermana me avisaba por teléfono que mi padre había muerto, los últimos detalles y reuniones previas al Congreso quedaban relegados a la fuerza. Un viaje de urgencia a Argentina matizado con mil torpezas atribuidas a lo emocional, que opacaban como un eclipse mi lado racional. Todo lo que podía salir mal salió peor pero no tenía ni el ánimo ni las fuerzas para hacerme reproches. Era lo que había y tocaba salir adelante a oscuras en una habitación llena de adornos de cristal que bloqueaban cada uno de mis pasos. Esos días en Argentina fueron los más tristes que me hayan tocado vivir. Junto a mi hermana y mi madre, tratando de digerir el plato que la vida (¿la muerte?) nos ofrecía.

Mientras tanto el reloj seguía su paso indiferente y así se consumió una semana.  Dos semanas para el viaje y sin tiempo para revisar qué ropa llevar, qué lugares visitar, ¿Qué enchufes hay en Costa Rica?¿Cuántos son 1000 colones? ¿Cómo llego a la Universidad de Costa Rica desde el hotel? Y tantas otras cosas que normalmente revisaría y me preguntaría antes de un viaje tan importante.

Con Hernán S ya tenemos la tradición (casi un rito) de llegar el sábado previo al evento, nos gusta disfrutar ese fin de semana de la ciudad, despejar un poco la cabeza. Así lo hicimos en Medellín y Ciudad de México. Pero esta vez fue diferente. No teníamos plan, la playa estaba lejos (3hs de ida y unas 4hs de vuelta con tránsito), visitar los volcanes con caminatas y excursiones salvajes no eran una opción antes del Congreso, así que finalmente decidimos encontrarnos en el hotel y ver qué pasaba.

Y así fue, el plan nos encontró a nosotros: ver la Copa América. Ese sábado 6 de julio jugaba Colombia (vs Panamá). Teníamos una buena excusa para tomar unas cervezas (siempre locales) y ver a la selección cafetera que era la sensación de la Copa. Nos fuimos a Fito’s Bar, uno de los bares más antiguos de la ciudad (o al menos eso nos dijeron). La lluvia hizo estragos sobre nuestras ropas que estaban preparadas para un clima caluroso y húmedo pero no para el agua. Al mediodía habíamos almorzado en un Centro Comercial (Mall, Shopping). Para mi sorpresa pude comer milanesas, ya saben que la comida no argentina suele ser un problema para mí.

Colombia goleó, Hernán feliz y yo era un hincha más de Colombia (hasta que se cruzara contra Argentina obviamente). La cena la hicimos en la Parrilla de Pepe, luego se nos sumó Marina S. Nada mal hasta el momento: Milanesas, carne…tenía que aprovechar a comer porque luego se vendrían días complejos con comidas locales o cocinas internacionales que no son de mi agrado (o no del todo).

Llegamos al domingo 7 de julio sin un plan de exploración o salida, sobre la marcha decidimos ir a Cartago, antigua capital de Costa Rica que estaba a un par de horas. Era una salida tranquila, sin subidas ni bajadas a pie, nada que exigiera el físico. Jordi T se nos unió a la aventura, a los pocos minutos ya habíamos agarrado confianza, parecía que nos conocíamos desde hace años. Realmente la pasamos muy bien los tres.

Iniciamos el viaje en las ruinas de Cartago, La Iglesia parroquial de Santiago Apóstol fue fundada entre 1577 y el 1580 por Franciscanos. El edificio sufrió varios daños por terremotos, lo que obligo a su reconstrucción, la cual se inició en 1870 pero en 1910 se detuvo de forma definitiva a causa del terremoto de Santa Mónica.

En las inmediaciones de la Basílica de Nuestra Señora de Los Angeles viví una Experiencia Religiosa: sentí una señal desde las alturas, un pájaro defecó sin piedad (y bien alimentado) en mi mano manchando además la pantalla de mi celular. Yo estaba enfocado en sacar una foto a un recinto cercano a la Basílica, dónde la gente se amontonaba cerca de una fuente a recoger con sus botellas agua bendita. La usaban para mojarse la frente y el cuerpo, me acerqué para limpiar mis manos (y la pantalla del celular), también mojé mi cabeza y cara. En fin, doble bendición: del pájaro y del agua bendita. Esto me recordó a mi viaje en avión desde Santiago de Chile a Panamá (6hs y media), justo antes de salir el vuelo, mi compañero de asiento vomitó cinco veces, este desafortunado hecho (con salpicada de vómito en parte de mi ropa) desencadenó una situación favorable que me permitió viajar en la salida de emergencia con amplio espacio para estirar mis piernas y descansar. Otro hecho desafortunado que terminaba de una manera favorable pensaba, mientras regresabamos al transporte para seguir el viaje.

Pasamos por las ruinas de Ujarrás, sacamos muchas fotos, hermosas flores, mariposas y mucho verde y naturaleza que explicaban el origen del Pura Vida de los Ticos. Luego de un almuerzo con salmón y papas fritas pegamos la vuelta para el hotel.

La cena fue un tanto rara ya que previamente salimos a buscar una farmacia que nunca encontramos, caminamos mas de 20 cuadras en lugares donde habitualmente uno sentiría cierta tensión (miedo a ser robado, secuestrado, etc.) pero la zona cercana al hotel se veía muy segura y tranquila. Como era domingo y ya era más de las 21hs no conseguíamos lugares abiertos para cenar, así que terminé comiendo una hamburguesa en un McDonald's, algo tenía que comer.

El lunes era nuestro primer día de “trabajo”. Cristina B nos pasó a buscar por el hotel para llevarnos a conocer las instalaciones de la Universidad. 

La Universidad de Costa Rica es enorme, con edificios de todo tipo donde se estudia y trabaja con temas muy diversos y apasionantes, todo esto rodeado de un entorno de naturaleza fascinante.

Luego de aterrizar en el LEBi, recorriendo parte de sus instalaciones y conociendo a su gente, nos fuimos con Cristina a cerrar algunos pendientes: imprimir posters, comprar regalos para los ponentes, y de paso recorrer en auto un poco la ciudad en una especie de City Tour Express.

Volvimos para el hotel y almorzamos con Jordi y Hernán en un restaurant peruano. Me resultó imposible no recordar cuando me mudé a Chile (Valdivia) veinte años atrás. Mi primer mes allá estuve en una pensión, alojado con una familia peruana con almuerzo y cena (peruanos) incluidos.

Para darle un cierre a la comida nos fuimos a comer unos helados luego de caminar unas cuadras. A la señora que tan amablemente nos sirvió el helado le dije que eramos youtubers que íbamos recorriendo el mundo probando diferentes gustos de helados. Era creíble, un colombiano, un español que hablaba con acento inglés y un argentino.

Volvimos a nuestras habitaciones, mucho trabajo en la computadora: correos sin leer, inscripciones, facturas, coordinar taxis, cenas, hacerse un espacio para hablar con la familia, el tiempo siempre es poco.

A la noche nos reencontramos con Rodrigo V en un restobar, tantos recuerdos lindos que habíamos vivido en otros congresos, al fin nos volvíamos a ver.

El martes desayunamos bien temprano (antes de las 7am). Cristina nos venía a buscar para llevarnos a la Universidad, la empresa TEX se iba a encargar de montar toda la Expo comercial y teníamos que estar allí para ver que todo se desempeñara de acuerdo a lo esperado. La recepción, los stands, la zona de posters, sillones y muebles modernos, mesas para el coffee break, todo se veía fantástico.

A media mañana probé unos tamales (logro desbloqueado), la verdad es que ya llevo unos años innovando en mi dieta y puedo inflar el pecho orgulloso de que estoy evolucionando. Más flexible a incorporar nuevos sabores.

Probamos las cámaras y el sonido en el auditorio junto a la empresa argentina Capmedia (vía zoom) y los técnicos de la Universidad. En fin, cerramos una mañana con el objetivo cumplido. Todo se veía perfecto para la inauguración al día siguiente.

Para el almuerzo fuimos con Hernán a comer a una parrilla argentina que habíamos visto el primer día. Pedimos una parrillada e hicimos un brindis, sabíamos que se acercaba la hora de la verdad. Se venían días a full con mucha tensión.

Nuestros ponentes Marcel PG, Jesús M y Jesús Z venían camino al hotel Ave del Paraíso con Cristina al volante. Marcel y Jesús M venían acompañados de sus esposas.

El Hotel Ave del Paraíso es un hotel muy particular, cada sector es motivo de una foto, con una decoración muy Gaudí, con adornos y detalles muy pintorescos y llamativos. Lo que supo ser una casona antigua en el medio de la nada, rodeada de vegetación y animales ahora era un hotel eco friendly, al lado de una Universidad y con una autopista en la puerta.

Cenamos en el restaurant Kracovia (polaco) con nuestros ponentes (Marcel y su esposa, Jesús M y esposa, Jesús Z, Marina S, Keydy V, Jordi, Hernán, Cristina y su hija, y Freddy, el director del LEBi).

Había cuatro opciones en el menú, las tres primeras no me gustaban y la cuarta…era menú vegetariano. Estaba complicada la cosa, algo tenía que comer. Me asesoré con Marina que estaba sentada a mi lado, pusimos en la balanza pros y contras y siguiendo sus consejos pedí unas crepas (sin champiñones).

Todos se fueron para sus habitaciones, muchos se durmieron temprano pero para mi quedaban unas horas por delante para terminar de contestar mail, saludar a la familia y preparar la ropa que iba a usar mañana. Los nervios empezaban a apoderarse de mi ser. Me fui a dormir luego de poner 5 alarmas en el celular, estaba prohibido quedarse dormido.

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Seguiremos ofreciendo un espacio para todos aquellos que quieran participar y colaborar en esta cruzada educativa, porque tenemos muy claro que estaremos constantemente: “Aprendiendo de los Animales de Laboratorio”.

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