Todos estos días fueron de mucho trabajo, la responsabilidad es grande y se siente en el ambiente. Son dos eventos en uno y los dos tienen la misma trascendencia y el mismo cuidado de nuestra parte.

Comuna 13 y Pueblito Paisa

Con Luis R. insistimos e insistimos que queríamos ir a la Comuna 13 ya que habíamos escuchado mucho sobre este lugar, y la verdad es que no nos decepcionó. Un territorio que hasta hace unos años era sinónimo de delincuencia y peligro se transformó en una opción turística obligada, dónde los propios habitantes de la Comuna se encargan de mantener segura la zona porque obviamente el turismo deja dinero.

El viaje en taxi (encontramos un chofer de confianza: Antonio) fue tenso porque daba la sensación que la seguridad del lugar pendía de un hilo. Muchos lugareños ordenando y coordinando a los gritos. Sin seguridad o policía a la vista. Parecía que íbamos a la boca del león. Subimos entre casas humildes y puestos que vendían recuerdos de Medellín hasta que vimos algo que nos dejó con la boca abierta: escaleras mecánicas para subir entre las casitas. Era como un Mall o Centro comercial, pero en la calle de lo que sería una especie de Favela de Río de Janeiro. Puestos de comida, locales de ropa, una mujer que vendía hormigas culonas (se comen). Tomé varias fotos. No vimos ninguna situación de inseguridad, todo está controlado por ellos mismos para que el turista vuelva y funciona.

El Pueblito Paisa parecía sacado de la película animada Encanto, muy coloquial, bonito y ordenado para que el visitante recorra y se lleve un recuerdo imborrable. Como era de noche se veían las luces de todas las casas que cubren los morros. Medellín está creciendo hacia arriba y hay edificios por todos lados. Según Antonio hay un lugar que tiene 100 torres de edificios todas juntas (¿será cierto?).

Talleres pre-congreso

Llegamos bien tempranito (desayunamos más temprano aún) y salimos junto a Marina S. y Hernán S. hacia la SIU (Sede de Investigación Universitaria) de la Universidad de Antioquia.

Los talles de la Dra. Marina Snitcofsky y del Dr. Guillermo Ruíz eran en paralelo, esperamos que lleguen los alumnos y cada grupo se fue con su profe. A mi tocó sentarme en la computadora y contestar 55 correos sin leer desde la noche anterior. De cada 10 correos 1 era un problema, lo bueno es que uno ya se acostumbra a estas situaciones y hasta las disfruta.

Mientras trascurrían los talleres empezaron a llegar algunas empresas para terminar de montar sus stands. Con algunas empresas tengo una relación de muchos años, llenas de anécdotas y compartiendo muchos Congresos. Apareció Alesco de Brasil, con Leticia, Thiago y Mathias. Biotec con Luciano, Marta, Luisa y Karla. World Biohaztec con Lía y Magda. Souralit con nuestro amigo mochilero (Jaume). La gente de Kaika que armó su Stand completo. Roberto de Granja R.G.. Rosalba y Clara de Intrage. Pedro me avisó que su vuelo fue cancelado. Ojalá que pueda participar del Evento.

Los talleres fueron un éxito. Los asistentes salían entusiasmados y llenos de energía, a pesar de que estuvieron prácticamente toda la mañana dentro de los auditorios con una pausa breve para recargar energías. Un personaje (en el bueno sentido de la palabra) era el mozo, me hizo tomar más de 4 cafés (¿cafeses?) o tintos como se dice en Colombia. Terminaba el café y me ofrecía otro, si no quería café me ofrecía aromáticas (té y esas cosas) o agua. Lo que sea, estaba para servirme (en exceso). Realmente fue el empleado del mes (por mucha diferencia)

Volvimos al hotel con Hernán S., recargamos pilas y nos encontramos para cenar en la terraza del hotel con Luis P., Isabel B. (que había llegado la noche anterior) y Ekaterina R. cuyo avión aterrizó en la mañana. Muy buena la comida. Una cena muy agradable y no muy larga ya que mañana empieza la ExpoBioterios.